La mejor inmunidad es… La autoestima

Fecha: 21 sep 2009

Lic. Martha García de la Cadena de Arandia

En mi experiencia profesional, me he dado cuenta que realmente la autoestima mueve al mundo,  así lo he expresado en diferente artículos.

En innumerables ocasiones la autoestima está afectada, por situaciones que van de generación en generación, pero llega el momento que esto hace crisis de manera realmente dañina para el ser humano, porque no nos damos a la tarea de hacer los cambios pertinentes que la crisis amerita,  he comentado que las crisis son buenas pues es sinónimo de cambios que tenemos  que hacer para ser mejores personas, pero si no lo hacemos sí nos causa estragos que van directo a ser infelices, o por supuesto pasar esta infelicidad a la gente que me rodea o que depende de mi.

La realidad es que no podemos evitar la importancia de la autoestima. Lo admitamos o no, no podemos permanecer indiferentes a nuestra auto- evaluación, innumerables veces le quitamos importancia a hacerlo, intentamos rehuirlo; podemos decir que no nos interesa el asunto, ¡yo estoy bien!, evadimos, con diferentes pretextos, lo que yo necesito es dinero para estar bien, lo que yo necesito es una pareja para estar bien, yo estaría bien si mi padre viviera, si mi hijo… etc, mil y una frases de este tipo para evadir la responsabilidad de ser responsable de mi felicidad.

Es por esto que estoy segura que la mejor inmunidad para poder ser feliz realmente en la vida a pesar de… es la autoestima. Ya que es una necesidad básica fundamental, su efecto no requiere ni nuestra comprensión ni nuestro concentimiento. Funciona a su manera en nuestro interior con o sin nuestro conocimiento. Para nuestro beneficio o para nuestro perjuicio.

Nathaniel Branden, quien sabe  de autoestima, nos dice que la autoestima es mucho más que ese sentido innato de nuestra valía personal que probablemente es un derecho humano de nacimiento, aquella chispa que los psicoterapeutas y los profesores nos esforzamos por  estimular en las personas con las que trabajamos. Esa chispa es la antesala de la autoestima.

La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. Más concretamente, podemos decir que la autoestima es:

-    La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos de la vida.
-    La confianza en nuestro derecho a triunfar a ser felices; el sentido de ser respetables, de ser dignos y de tener derechos a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.

El nivel de nuestra autoestima tiene profundas consecuencias en cada aspecto de nuestra existencia.

El valor de la autoestima radica no solamente en el hecho de que nos permite sentir mejor sino en que nos permite vivir mejor, responsablemente a los desafíos y a las oportunidades con mayor ingenio y de forma más apropiada.

Una autoestima baja se correlaciona con la irracionalidad y la ceguera ante la realidad, con la rigidez, el miedo a lo nuevo y a lo desconocido, con la conformidad inadecuada o con una rebeldía poco apropiada, con estar a la defensiva, con la sumisión o el comportamiento reprimido de forma excesiva y el miedo o la hostilidad a los demás.

Si nos ponemos detenidamente a analizar esto que les platico de la autoestima, podemos darnos cuenta del por qué tantas y tantas personas no son felices, en esta vida que les tocó vivir.

Definitivamente no es fácil, pero no es imposible cambiar tu vida, ya que la autoestima es algo que podemos ir acrecentando día a día, momento a momento, para conseguir poder sentirnos cómodos con la vida.

Les voy a compartir un cuento que realmente ejemplifica todo lo anterior, a mi me encanta, espero a ustedes también.
“Iba un niño con su papá en el tren. El recorrido duraría una hora. El padre se acomoda en el que siento y abre una revista para distraerse. El niño lo interrumpe preguntándole: ¿Qué es eso papá?, el hombre se vuelve para ver qué es lo que señala su hijo, y contesta: “Es una granja hijo”. Al recomenzar su lectura, otra vez el niño le pregunta: ¿ ya vamos a llegar?, el hombre contesta que falta mucho.

No bien había comenzado nuevamente a ver su revista…….hasta que el padre ya desesperado y buscando cómo distraer al niño, le da una revista que trae un mapa del mundo en una de las hojas. La corta en pedacitos y se la da para armarla como rompecabezas. El padre no empezaba a retomar su lectura cuando el niño le dice ¡papá ya lo terminé!, el padre le dice esto es imposible si te di que armaras el mundo, ¿cómo lo hiciste tan rápido? . El hijo contesta: “Yo no me fije en el mundo; atrás de la hija está la figura de un hombre; compuse al hombre y el mundo quedó arreglado”.

¿Cuántas veces nos preocupamos por ver, juzgar arreglar lo que está fuera de? nuestra solución, para no preocuparnos por arreglar lo que sí nos corresponde.
Espero sea de provecho esta artículo para la vida diaria.
¡SÓLO TU PUEDES SER DUEÑO DE TU FELICIDAD!

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