Tehuacán y su política
Ing. Cándido Fco. Xúchitl Pérez
Los avances de nuestra ciudad como ente social y político a estas alturas del siglo XXI, ud. más que nadie los puede constatar.
El visitante observador (todos podemos serlo) revisa con avidéz las estructuras viales y peatonales, los edificios de gobierno, históricos, religiosos, mercados, rastros, panteones, parques jardines, etc. etc. etc.
Quienes vivimos en nuestra tierra, en la que nacimos, y donde hemos formado una familia; hoy como nunca estamos obligados a involucrarnos en acciones y decisiones que afecten nuestro modus vivendi.
Sin embargo no es fácil, primero hay que vencer la indiferencia y apatía, es decir nuestro egoísmo natural y nuestra comodidad.
Podemos pasarnos la vida quejándonos sin tomar responsabilidad y compromiso de absolutamente nada. Más aún si vivimos en la complacencia, el hedonismo y el cinismo. En tehuacán abundan quienes habiendo acumulado riqueza por la vía del abuso y del poder, pasando por encima de los derechos más elementales del ser humano, solo vegetan criticando con total desfachatez la vida en sociedad.
La realidad del estado que guarda nuestra ciudad, la casa donde habitamos todos, es verdaderamente deplorable.
Absolutamente todos de palabra, obra y omisión tenemos responsabilidad de tener la ciudad que hoy presentamos a quien nos visita. Su imagen, su cultura, su gobierno.
Aunque ud. no lo crea, hablando de política, no terminamos de transitar por un proceso electoral y ya estamos inmersos en otro.
Así como lo lee, “la grilla”, “la polaca”, “la gran ramera” o como quiera llamarle se ha desatado con toda su fuerza.
Pasando por encima del “muladar” sin verlo, olerlo ni percibirlo, los “protagonistas” se perfilan a otra contienda más, ahora en la búsqueda de la próxima presidencia municipal.
Casi nadie observa, evalúa o dimensiona la magnitud de las calamidades que presenta la multicitada CIUDAD DE TEHUACAN.
Las acciones se concretan a hacer “amarres”, “alianzas”, “equipos” es decir grupos que confabulan planes de ataque para quedarse con “el botín”.
Los “inversionistas” llámese empresarios: “constructores”; “proveedores”; “comerciantes” que en conjunto podríamos calificar
Mercenarios de la política, se frotan las manos, ya que vislumbran sus próximos fraudes.
Los “operadores políticos” enlistan a quienes ofrecen los “porcentajes” más altos. Como zopilotes, los aduladores de siempre mantienen marcaje personal a quienes viven la fantasía del poder y que a estas alturas ya andan alucinando.
Los ciudadanos solo ven sin observar, oyen sin escuchar, tocan sin sentir. Seguros y sumisos que una nueva manada de depredadores desgarrarán su economía o lo que queda de ella. Aceptando sin oponer ninguna clase de resistencia el saqueo que sigue.
Los acuerdos pululan por todas partes, es decir, se gestan las futuras traiciones.
Los “embelezados” no logran autoevaluarse, carecen de capacidad para ser honestos consigo mismo, su obsesión no se los permite.
El sueño de opio cubre en su totalidad la escasa actividad de razón.
No es para menos, en tres años serán ricos, acaudalados con nuevas y jamás soñadas vidas. Una aventura cargada de erotismo.
En nuestra sociedad tehuacanera nos conocemos ampliamente, nos tenemos ubicados históricamente.
Familias que por décadas han vivido de la ubre municipal.
No conocen otra forma de ganarse la vida.
Jamás han aportado acción alguna en pro de la ciudad ni les importa.
Viven del robo al erario público y heredan lo mismo.
Respetable ciudadano lo invito a reflexionar en esta tema que pocos quieren abordar, por que ello implica compromiso.
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